NIEVES

Nieves no es solo un dibujo, línea o composición. Es idea, opinión y crítica. También denuncia.

En su aparente ingenuidad, este personaje es implacable frente a la doble moral o la apatía, frente a la falta de pertenencia o desesperanza. Solo la fresca expresión de sus juicios y la livianidad de su apariencia física logran atenuar la dimensión de sus contenidos.

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Sin pensarlo dos veces, Nieves, que se mete en todo y sabe de todo, emite juicios, por lo general inobjetables, sobre todos los temas.

Su lógica, inquieta pero elemental, no admite torceduras, ni recovecos; apenas los matices temperamentales del estado de ánimo del día.

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“Debe haber una manera de ganarse la vida haciendo lo que a uno le gusta”, pensó Consuelo Lago mientras se dedicaba a diseñar empaques en una empresa de Cali.

Se le ocurrió entonces, y aún hoy no sabe por qué, que podía ganarse la vida escribiendo novelas. La idea la presentó al periódico El País de Cali, y fue aceptada. Pero cuando le enviaron una resma de papel, se dio cuenta de que, definitivamente, lo suyo era dibujar.

“¿Qué tal si mejor me invento un personaje?”, sugirió al periódico, y otra vez acogieron su propuesta, condicionándolo a que fuera una caricatura femenina puesto que aparecería en una página dedicada a las mujeres. De inmediato apareció en su cabeza Nieves, una joven negra de unos 18 años, empleada doméstica, oriunda de Juanchito.

Hoy, más de 50 años después, esa negra de Juanchito sigue igual de joven y, como siempre, opinando y hablando de todo un poco, desde cocina y amor, hasta de política y de la vida, con una filosofía muy particular.